Laia Vergés

Abogada de familia

Sin título
05/02/2022

 

El destino le hizo llegar a Barcelona como vulgarmente se dice “con una mano delante y una mano detrás” sin haber cumplido aún los 15 años. Trabajar bajo el concepto “cultura del esfuerzo” toda una vida, como es su caso, suele conllevar premio, porque no es nada fácil reunir, con tus propias manos y  cabeza, un patrimonio de mas de 1 millón de euros. Pero esa cabeza, por un destino incierto llamado también Alzheimer, a veces se pierde, y es que el paso de los años (muchos en su caso) nos obliga a depender de alguien cada minuto de cada hora (gracias personas cuidadoras por existir, por cierto). La paradoja es que su pensión para nada alcanza los mínimos que él necesita para sobrevivir. Insisto, después de trabajar toda una vida, durante años, sin pausa y con constancia. Uno es suertudo y puede intentar realizar su propio patrimonio mediante habilitación judicial para autocostearse sus muletas sin que sea posible otra manera de sobrevivir, pero ¿qué ocurre con las personas que no han tenido la misma suerte? 


Los abogados tenemos siempre retos.

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